(te)



S. lo mira, lo vuelve a mirar, sonríe, abre la boca como para decirlo todo y no dice nada... otra vez, otra más vuelve a lanzar al aire el suspiro que inicia, lo que hasta al peor de los poetas, se le olvidó escribir...


- Vamos, S. piensa, díselo... – se dice S. en voz interior a  gritos, pero si en algo fallaba (también) S. es en los principios- vamos, díselo.

“ Que ganas (de ganarTE también) que ganas de que me estrujes, de que muerdas con tu impaciencia, de que me tiembles la mirada y me crujas los nervios, de que me mates los miedos, de que me derritas con las cosquillas de tus besos justo 21º al noroeste de mi ombligo, que me devores las formas, que me llenes de la lujuria más pura, que marques mis óvalos imperfectos, que toques de emociones mis rutinas irrepetibles, que me hagas enfadar solo por el placer de verte sonreir, que amaines mis tormentas,  que me robes el sueño y me regales los sueños de todas y cada una de las noches en la que a las cinco menos diez, pasa un tren”


Déjame contar(te)…déjame contar... y no decir(te) nada, otra vez.


Déjame decir(te) (con) palabras y (sin) mentir, que eres mi mejor vértice, a lot