Le susurró su albonoz, que era demasiado pronto, para abandonar aquel café.
Llegaba tarde, y por primera vez, no le importó.






2 comentarios:

  1. Y que si llegas tarde sea siempre por el motivo de esperar.
    :) Un beso con lo dulce que tiene el limón :)

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  2. Yo no dejo que el albornoz me diga lo que tengo que hacer.Jamas!
    Y mira que lo intenta el muy jodio.
    Pero aprendi aquella leccion,si...
    Los albornoces son de la piel del diablo.
    Suerte con el cafe: y el albornoz...quítatelo tan pronto puedas!

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