Ya ha pasado el tiempo desde aquel septiembre de cambios, ahora la incertidumbre es más constante. Pero son las dudas, sin duda que si, que definitivamente son las mismas dudas las que devuelven al mismo sitio, que es junto a ti.

Porque ya son muchos los años, y somos usted y yo, y todo lo demás, lo que nos rodea, lo que yo siento, lo que tu respiras, lo que yo imagino, sueño y dejo de dormir, lo que a usted lo impulsa, lo que lo hace constante y fuerte. 

Es usted y todo lo nuestro para ser exacta…

Trato de no abatirme en los días y las dudas, es por eso que le escribo, que le escribo, porque es así la única manera que siempre he encontrado para decirle a usted, lo que a mi me importa. Y quizás su única duda, entre todas las mías, es la de mi amor incondicional y sincero, un amor que sobrevive vulnerable a nosotros mismos, a merced del tiempo, de nuestro tiempo.

Y entre mis dudas está la certeza de tenerlo, de sentirme llena y vacía, completa y dividida.

Porque entre mis dudas usted, lo abarca todo