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Prodespropósitos para las siguientes páginas del calendario:

Te pediré todo y más pero solo esperaré que me ofrezcas lo necesario.
Que lo mismo, pase conmigo, que no te falte de nada. 

Que el último beso no tenga que esperar por el penúltimo desde el domingo, y lo mismo pase con el primero.
Que el peor de tus vicios sea quererme y la mejor metadona decírmelo.


Así, en plural, y en bajito,
como los versos, de b y sin r, que nos quedan.





Aquí dentro, en un bullicioso silencio, viven mil ideas, que si traspasasen la piel, harían hervir el aceite de tu coche a cinco grados bajo cero.

Pero no existe la osmosis entre aquí dentro y la realidad, no se leería, entonces, lo que te escribo en los cristales.

Y ahora sé que ya tomo las curvas sin precaución y es que no me asusta salir  despedida y rodar por tu espalda, disfrutar de cada vuelta de campana, aunque nos falte espacio y se rompan los cristales, se enciendan todas las luces y no encuentres tus vaqueros.

Que yo, seguiré intentando transformar mis giros en movimientos de translación, que sé como funciona el sistema biela-manivela, que yo lo he visto por ahí...





(te)



S. lo mira, lo vuelve a mirar, sonríe, abre la boca como para decirlo todo y no dice nada... otra vez, otra más vuelve a lanzar al aire el suspiro que inicia, lo que hasta al peor de los poetas, se le olvidó escribir...


- Vamos, S. piensa, díselo... – se dice S. en voz interior a  gritos, pero si en algo fallaba (también) S. es en los principios- vamos, díselo.

“ Que ganas (de ganarTE también) que ganas de que me estrujes, de que muerdas con tu impaciencia, de que me tiembles la mirada y me crujas los nervios, de que me mates los miedos, de que me derritas con las cosquillas de tus besos justo 21º al noroeste de mi ombligo, que me devores las formas, que me llenes de la lujuria más pura, que marques mis óvalos imperfectos, que toques de emociones mis rutinas irrepetibles, que me hagas enfadar solo por el placer de verte sonreir, que amaines mis tormentas,  que me robes el sueño y me regales los sueños de todas y cada una de las noches en la que a las cinco menos diez, pasa un tren”


Déjame contar(te)…déjame contar... y no decir(te) nada, otra vez.


Déjame decir(te) (con) palabras y (sin) mentir, que eres mi mejor vértice, a lot