Es de noche en esta habitación, tan lejos de la ciudad que nos escuchó hablar de amor por primera vez, 
aún teniendo mucho sueño no consigo dormir entre este frío y silencio, tu parpadeas levemente, 
rozando sin percatarte mi rostro para darme un beso mientras te atreves a susurrarlo; 
probablemente sea cierto eso de que hay cosas que sólo se sienten cuando se dicen a susurros.