Estabas a mi lado, con una mano en mi cintura,  
yo con la mente puesta en otras horas, en millones de horas atrás. 
Pasaron más horas, creo que en algún lugar lejano ese tren cruzaba las vías de nuestra ciudad.
Tu mano me apresó hacia tí, susurraste...

y yo, me sonrojé.