Y ahí las tienes, mis manos.
y ahí los sientes, mis labios.
Y si, antes de recorrerte con ellos, necesité tiempo para hacerlo mil veces y una más con mi mirada. Tardé en comprender tu concepto de "dejarse llevar" y tu forma indeterminada de improvisación. Tardé en adaptarme a la definición implícita de par, incluso mucho, a la sincronía del dos y al ensayo de unión.
Necesité millones de millones de miles de cientos de años luz de tiempo, y tu, esperaste, sencillamente esperaste, con tu elástica paciencia y tranquilizadora y ansiolítica sonrisa.
Necesité billones de besos, cientos de miles de silencios y sus décimas, tardé lo mío y lo mucho más en aniquilar las barreras que limitaban mis instintos. Y tu, escuchaste todas mis palabras sin más fundamento que mi amor propio, supiste entender mi manera de perder el mientras y ganar el durante, y entre tanto tenemos tiempo permanente, atrás, garantizando un futuro, o al menos, algún día más.
Tenemos millones de años luz transformados en segundos,
ahora solo queda, pensar como invertirlos,
y seguir ganando más.
Ya veo.
ResponderEliminarEn la cosa del amor
deberiamos canonizarte.
Canonizarte
pero en esa secta secreta tuya,
tan secreta que solo alcanzamos a intuirla.
Canonizarte
por que eso dura lo que dices :
millones de siempres.
Como no se me ocurre nada mas lindo que lo que tu escribes...solo agradecerte lo bien que lo cuentas...e incitarte a que sigas...que sigas...sigue
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