Contaré la historia de una impetuosa e ingenua Ella que se enamoró de un enigmático y tierno Él.
Fue un otoño, la estación en la que todo, salvo aquello que no importa, se queda.
Fue raro, podemos llamarlo erróneamente casualidad; o decir, que picó la curiosidad, que venía implícita de otros tiempos, de un atrás, que tanto limitaba como ofrecía.
Fue un otoño, la estación en la que todo, salvo aquello que no importa, se queda.
Fue raro, podemos llamarlo erróneamente casualidad; o decir, que picó la curiosidad, que venía implícita de otros tiempos, de un atrás, que tanto limitaba como ofrecía.
Con intenciones vacías de propósitos: un café, un tren, un beso y la primera metáfora.
Por favor, continua esta etiqueta, cuéntanos todo.
ResponderEliminarQué bonito que escribes muchacha